Una persona, un momento, una única cosa puede destrozarte, puede hacer que lo sientas, que sientas el sentimiento de derrota. Pero es justo en ese momento en el que tienes que recordar que una batalla perdida no es una guerra acabada es en ese momento en el que tienes que darte cuenta que la guerra no la gana el mejor, la gana el que nunca se rinde, el que antes de caer al suelo pone las manos, la gana el que lucha por sus ideales y sentimientos, porque nadie puede cambiar eso, porque por mucho que se empeñen en hacerte caer tienes que hacer el esfuerzo de levantarte, porque cuando mires atrás tienes que sonreír por haber conseguido superar lo que en algún momento de tu vida vistes como un imposible pero recuerda que estos no existen, que siempre hay algo o alguien que te ayuda a superar cada obstáculo que se cruce en tu camino. Y no olvides que la guerra solo acaba cuando sientes tu propia derrota.
miércoles, 6 de marzo de 2013
La derrota nunca gana
Una persona, un momento, una única cosa puede destrozarte, puede hacer que lo sientas, que sientas el sentimiento de derrota. Pero es justo en ese momento en el que tienes que recordar que una batalla perdida no es una guerra acabada es en ese momento en el que tienes que darte cuenta que la guerra no la gana el mejor, la gana el que nunca se rinde, el que antes de caer al suelo pone las manos, la gana el que lucha por sus ideales y sentimientos, porque nadie puede cambiar eso, porque por mucho que se empeñen en hacerte caer tienes que hacer el esfuerzo de levantarte, porque cuando mires atrás tienes que sonreír por haber conseguido superar lo que en algún momento de tu vida vistes como un imposible pero recuerda que estos no existen, que siempre hay algo o alguien que te ayuda a superar cada obstáculo que se cruce en tu camino. Y no olvides que la guerra solo acaba cuando sientes tu propia derrota.
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