Y es que no puedo evitar que a pesar de esos malos momentos, a pesar de que alguna vez me he sentido una persona insignificante en tu vida, que me has dicho cosas que me han dolido, a pesar de que hay muchas meteduras de patas que nunca olvidaremos, nosotros lo hemos superado todo, sin rencores, olvidando los malos momentos para dejar espacio a los nuevos.
Y es que tengo que reconocer que eres mi punto débil, mi droga favorita, eres como un vicio para mi del que no me quiero separar. Y quiero que sepas que volveré a ti una y otra vez hasta el momento en el cual, cuando vea tu nombre, tu misma sudadera o huela tu colonia, mis pensamientos dejen de ir directos a tu sonrisa, tus besos y tu forma de mirar.
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